
Aspectos Generales de la Sociedad Colonial.
Para
la época de mediados de siglo XVIII, en la Capitanía General de Venezuela se
encontraba una sociedad completamente estratificada, producto de la inmensa
diversidad de condiciones particulares a nivel económico, cultural, político,
etc. Para la época tenemos un compleja división de clases y castas, en orden
descendente encontramos a los blancos peninsulares y mantuanos, los blancos
criollos, blancos de orilla, pardos, indígenas y negros, cabe destacar que
entre estos mismos escalafones existen ciertas divisiones. La obvia desigualdad
de esta sociedad de castas se fundamenta en el honor adscrito por nacimiento o
en el comportamiento individual, relacionado con las actividades, ocupaciones o
funciones sociales, valoradas positiva o negativamente, que hacían a la persona
de una valoración o estima pública[1].
Estas clases sociales se basaban en la ya mencionada riqueza y estima social de
unos y la explotación de otros que a su vez con el status jurídico y los
elementos étnicos[2],
hacían aún más compleja esta división social.
Los
blancos a pesar de ser fenotípicamente “iguales”, eran un grupo bastante
desigual. Los blancos peninsulares eran los naturales de España, estos tenían
la posibilidad de acceder a cargos públicos, eclesiásticos, militares, entre
otros, además poseían títulos de nobleza otorgados por la corona. Los blancos
Mantuanos eran propietarios de tierras, esclavos, poseían título de nobleza,
pero a diferencia de los peninsulares, muchos de ellos habían nacido en la
provincia. La propia palabra “Mantuanos” nos refiere al tema religioso y a su
vez a la mujer, ya que se les llamaba de esta forma por el manto que se
colocaban las féminas para ir a la misa, esto podría ser interesante a la hora
de vincular a este grupo en específico con el tema del catolicismo.
Es
importante hablar sobre el tema del honor para comprender la situación de la
mujer en la época. El honor es considerado por muchas autores como un bien
simbólico que poseían algunas familias y que muchas veces era hereditario.
Aquellas personas que se consideraban honorables gozaban de innumerables
privilegios, el derecho a usar ropa de seda, valiosas joyas, contraer
matrimonio entre miembros de dos familias, acceder a cargos e instrucción en la
iglesia católica, entrada a la universidad para cursar estudios, optar para
postulaciones políticas, entre otros privilegios, que por supuesto la mayoría
eran otorgados a los hombres quedando la mujer en un papel secundario.
La
iglesia católica juega un papel fundamental en la formación social de la sociedad
colonial, es necesario decir uno de los motivos de la conquista y colonización
de América fue la evangelización de los habitantes que allí se encontraban. La
iglesia constituyó un elemento de suma importancia para la Capitanía General de
Venezuela y con más alcance para la Corona Español, la sociedad civil
prácticamente estaba gobernada por la iglesia quien se imponía con sus
preceptos religiosos para estimar reglas. Ésta cuidaba el funcionamiento y
constitución de la familia, el control de los nacimientos, registro de
matrimonios, testamentos, defunciones, herencias, aclarar parentesco y muchas
veces precisa el lugar social de los particulares[3].
Las
mujeres blancas Mantuanas y de clase alta, su relación con la iglesia católica.
Como
hemos mencionado el cristianismo y aún más delimitado el catolicismo era
asumido como un modo de vida por la sociedad colonial en Venezuela.
Para comenzar a hablar del papel de la mujer es necesario acotar que la
sociedad colonial fue, me atrevo a decir, donde más fuerte se evidencio el
patriarcado masculino subordinando a la mujer a un plano menospreciado, por
supuesto la iglesia católica cimentando y solidificando el patriarcado con las
formas de control implementadas[4].
La iglesia basándose en algunos preceptos bíblicos sostiene que la mujer debe
atenerse a las voluntades del amo de la casa, es decir del hombre, siendo el
padre de familia un especie de representante de la misma ante la sociedad,
convirtiendo a la mujer en un objetos de propiedad, primero de sus padres;
luego de sus esposos y, finalmente, de sus hermanos y de sus hijos varones[5]
Particularmente las Mantuanas de la época, eran mujeres que habían venido desarrollando una actitud desbordada frente al culto católico, expresado en extravagancias y exageraciones, que de alguna forma desvirtuaría un poco la fe católica[6], considerando que que ciertas acciones podrían hoy en día ser de tipo pagana, por ejemplo, una mantuana era de costumbre que llevara un séquito de esclavos acompañándola a misa, lo que iba en contra de los preceptos cristianos, claro está que la iglesia católica desde sus comienzos siempre a tenido una especie de doble moral ante la sociedad. Es necesario acotar que estas extravagancias estaban básicamente reservadas a las personas pudientes de la época, las mantuanas eran digamos, las únicas que tenían reservada esta vida religiosa que en algunos casos era algo ambiciosa, la devoción, de cierta manera, fortificaba los intereses de clase de las castas de la época, todos podían ser cristianos y católicos, pero no todos rendían culto de la misma forma, la practica respondía a la posición social que tenía.
Particularmente las Mantuanas de la época, eran mujeres que habían venido desarrollando una actitud desbordada frente al culto católico, expresado en extravagancias y exageraciones, que de alguna forma desvirtuaría un poco la fe católica[6], considerando que que ciertas acciones podrían hoy en día ser de tipo pagana, por ejemplo, una mantuana era de costumbre que llevara un séquito de esclavos acompañándola a misa, lo que iba en contra de los preceptos cristianos, claro está que la iglesia católica desde sus comienzos siempre a tenido una especie de doble moral ante la sociedad. Es necesario acotar que estas extravagancias estaban básicamente reservadas a las personas pudientes de la época, las mantuanas eran digamos, las únicas que tenían reservada esta vida religiosa que en algunos casos era algo ambiciosa, la devoción, de cierta manera, fortificaba los intereses de clase de las castas de la época, todos podían ser cristianos y católicos, pero no todos rendían culto de la misma forma, la practica respondía a la posición social que tenía.
Las mantuanas caraqueñas, quienes eran pertenecientes a las élites de la
aristocracia terrateniente o nobleza criolla, tenían dos papeles únicos al
menos hasta finales del siglo XVIII, ser esposas, es decir optar por el matrimonio,
o la vida religiosa con la cual se ganaba mucho prestigio y estatus dentro de
la sociedad. Las dos vías que tenía la mujer mantuana implicaban devoción,
compromiso, obediencia y sumisión, en el caso del matrimonio no solo debía de
tener estas características para con el marido, también se veía comprometida
con la tradición católica.
Una de las cosas que contribuyó a la sedición de la mujer, también de los
hombres pero en este caso, había mayor fanatismo por parte de las mujeres, ya
que le dedicaban más tiempo a la vida religiosa por tener mayor disponibilidad,
porque no ocupaban cargos ni posiciones a nivel político, militar o religioso,
fue el miedo a no acceder después de la muerte a la vida eterna, esto muchas
veces causó que las mujeres dejaran sus bienes a los párrocos para garantizar
la salvación de su alma. La cantidad de Obras Pías, Capellanías, donaciones,
entre otros, nos expone claramente lo anteriormente expuesto,
la inconmensurable devoción femenina por la fe católica.
Las Obras pías, en particular, se trataban de
fundaciones por las que una persona cede parte o todo su patrimonio para que el
rendimiento de este sirva a un clérigo, el cual acepta la obligación de cumplir
con misas, oraciones y otras acciones espirituales en favor del fundador de la
capellanía[7].
Cabe destaca que estas eran perpetuas y solo se cede la totalidad del
patrimonio en el momento que la persona va a morir. Aseguraban según la moral
católica, la salvación del alma. La iglesia era porsupuesto quienes,
controlaban dichas obras, destinada a las labores de acción social. Parte de
las acciones también se encuentran la fundación de conventos construidos a
partir de patronatos de mujeres como lo fueron las concepcionistas, las
carmelitas descalzas y las dominicas[8].
Hasta ahora hemos visto como la mujer blanca mantuana está estrechamente
vinculada con la tradición católica, como cumple con las obligaciones que les
concede la iglesia y como se ve sometida a este régimen, que no solo se ve
limitada a la religión católica sino que se ve condicionada y determinada, en mucho,
por las posiciones que ocupaban sus respectivos padres, esposos y hermanos
quienes actuaban en su nombre y representación[9].
Si bien se ha trabajado la situación de la mujer en su contexto social como
blanca mantuana, no hemos percibido en los textos encontrados en enfoque
feminista, el enfoque que aborde la problemática o la raíz de toda la cuestión
con respecto a la subordinación de la mujer. La historia e historiografía ha de
alguna forma dejado a la mujer atrás, y si bien se han desarrollado
investigaciones dedicadas a esclarecer un poco la situación de la mujer en la
época, no se habla de la problemática, por ejemplo, del patriarcado. Este en
nuestra propia concepción, es la raíz del problema de la mujer en la época
colonial. Es necesario un enfoque de género, para la comprensión de la
situación de exclusión de la mujer tanto en la colonia como en distintos estadios
de la historia de la humanidad.
[1] Luis Pellicer, Entre el Honor y la pasión. Pp. 23
[2] Federico Brito, Historia económico social de Venezuela.
T.I. Pp. 159
[3] Juan Colmenares, Obras Pías en la Iglesia Colonial
Venezolana. Disponible en : http://valoislamotte.blogspot.com/2011/12/obras-pias-en-la-iglesia-colonial.html
[4] Iraida Vargas , Mujeres en tiempos de cambio.Pp.52
[5] Ibidem, Pp. 52
[6] Elina Lovera Reyes, Las mujeres y la iglesia en los
tiempos coloniales. Pp. 76
[7] Ermila Troconis, Las obras pías en la iglesia colonial
venezolana. Pp.34
[8] Elina Lovera Reyes, Ob. Cit. Pp. 76
[9] Iraida Vargas, Ob. cit., Pp. 53
Fuentes consultadas
Bibliográficas
· Brito F., Federico. Historia Económico Social de Venezuela. UCV.
Caracas. 1987
· Lovera Reyes, Elina. Las mujeres y la Iglesia en los tiempos
coloniales. En: Enciclopedia de la mujer. ANH. Caracas. 1995
· Pellicer, Luis. Entre el Honor y la pasión. UCV. Caracas. 2005
· Troconis de Veracochea, Ermila. Indias, esclavas, mantuanas y
Primeras damas. Academia Nacional de la Historia. Caracas.
· Troconis de Veracochea, Ermila. Las obras pías en la iglesia
colonial venezolana. ANH. Caracas.1971
· Vargas, Iraida. Mujeres en tiempos de cambio. Colcción
Bicentenario. Caracas.
Electrónicas
Juan Colmenares, Obras
Pías en la Iglesia Colonial Venezolana. Disponible en : http://valoislamotte.blogspot.com/2011/12/obras-pias-en-la-iglesia-colonial.html (consultada septiembre 2013)
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